Construyen una calesita ambulante que recorrerá el país con vueltas gratis

Gabriel López y su compañera Carla Guerrero, junto a amigos y muchos colaboradores, construyen esta calesita desarmable, la primera en su tipo en el país, con un objetivo social y cultural.

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Durante años, la calesita del barrio solía ser un lugar de entretenimiento y alegría para miles de niños que buscaban dar una vuelta y, con suerte, "sacar la sortija" de la "pera" que les permitiera extender esos minutos de felicidad en forma gratuita.

Con el correr del tiempo, la calesita dio lugar al carrusel, más vistosos, con pisos y altura, y una mecánica especial que daba movimiento a sus figuras, como a la de los caballitos simulando su galope, quizás los que más atraían a los más chicos.

La tecnología, el acceso a internet y los juegos en línea fueron reemplazando las visitas a las plazas y muchas calesitas dejaron de funcionar.

Pero Gabriel López, un joven que es tercera generación de calesiteros, se propuso junto a su compañera Carla Guerrero, hacer resurgir las vueltas construyendo de cero una calesita propia, pero con una característica especial: que sea ambulante, es decir, que pueda recorrer e instalarse en distintos barrios, pueblos, ciudades y provincias del país.

"Yo nací en un pueblo de San Luis llamado San Francisco del Monte de Oro, donde mi papá había construido una calesita, la primera en ese lugar. Por los años '90, nos trasladamos a Buenos Aires y la trajimos aquí. Durante varios años, él construyó varias más, vendió una, compró otra y la restauró. Y yo de chico ya estaba acostumbrado a trabajar junto a él. Mi sobrino, o sea su nieto, también se dedica a atender una calesita que funciona en la feria de Mataderos. O sea que viene de familia esta pasión", relató Gabriel.

El proyecto de construir de cero una de estas atractivas plataformas circulares giratorias que pudiera recorrer el país comenzó durante la pandemia, pero recién hace un año que comenzó a plasmarse "físicamente"

f768x1-1579938_1580065_71La calesita ambulante aún está en proceso, pero ya su mecanismo le permite girar. Foto: Gabriel López

"Con mi compañera habíamos vuelto a hacer un viaje por la Ruta 40 que nos llevó dos meses. Como también tenemos un hijo, que en ese momento tenía dos años y ahora tiene 6, vimos en esos 15.000 kilómetros que recorrimos una gran cantidad de pueblos, pero en muy pocos vimos que existieran calesitas. Por eso se nos ocurrió: qué pasaría si construyéramos una que se pudiera armar y desarmar rápidamente para ser trasladada por distintos pueblos y cuyas vueltas sean gratis", recordó Gabriel.

Por su experiencia familiar, sabía que armar una calesita tradicional y luego desarmarla llevaba como mínimo una semana, y para este solidario proyecto, se necesitaba reducir al máximo ese tiempo.

"No existía una calesita plegable que pudiera armarse y desarmarse en una hora, como la que logramos construir ahora. De hecho, cuando empezamos a pensar en este proyecto, buscamos muchísima información y no encontramos. Consultamos con fabricantes de calesitas y ellos tampoco sabían cómo ayudarnos. Nos llevó meses de asesoramiento, de mucha creatividad, de probar mecanismos y trabajar mucho para lograr cumplir con esa premisa", admitió.

Finalmente, en los últimos días se logró concluir el diseño y ver la calesita armada y funcionando. La misma tiene una medida similar a las estándar que suelen verse en una plaza, las cuales tienen entre 8 y 9 metros de diámetro.

"Esta tiene 5 metros de diámetro, y 2,70 metros de altura. Desarmada tiene 5 metros de largo, 2 metros de ancho, y 2 metros de alto. O sea que la podés trasladar arriba de cualquier acoplado, como esos que llevan los autos de carrera", describió.

Colaboración y donaciones
Armar esta calesita ambulante no fue tarea fácil tampoco en lo económico. La mayoría de los insumos y partes fue adquirida por la pareja con la ayuda de una treintena de amigos y compañeros que se fueron entusiasmando con el proyecto y aportaron horas de trabajo solidario.

Cada semana, varios artistas plásticos se reúnen en el taller de La Matanza, para terminar de darle forma, pintar los caballos y las terminaciones del diseño. Y como mucha gente no tiene tiempo para donar en trabajo  pero sí quiere colaborar con dinero, Gabriel, Carla y cuatro amigos más conformaron una asociación civil para darle legalidad a esta iniciativa con fines sociales y también culturales.

"Hicimos un estatuto, completamos la parte legal, y abrimos una cuenta bancaria para ir sumando voluntarios en lo económico. Pusimos en este sueño todos nuestros ahorros y creemos que algún día lo recuperaremos, tal vez a través de sponsors que se entusiasmen con la idea y nos ayuden a viajar y recorrer el país", señaló Gabriel.

f768x1-1579942_1580069_41Muchos colaboradores se unieron a pintar caballitos para la calesita al interiorizarse del proyecto a través del Instagram @lacalesitaentubarrio. Foto: Gabriel López

"Hicimos una convocatoria abierta y se empezaron a sumar un montón de artistas, cerca de 35, queriendo pintar caballitos. Por eso cada una de las figuras tiene impronta totalmente distinta. Muchos se iban enterando por el boca a boca y otros por nuestra cuenta de Instagram", enfatizó.

Por otro lado, contó que varios de los artistas también se abocaron a pintar el volado del techo. "Por lo general, allí suelen pintarse paisajes venecianos porque el origen de las calesitas es italiano. En este caso, le pintamos ocho paisajes argentinos de lugares emblemáticos, como por ejemplo, el Glaciar Perito Moreno, el Faro de Ushuaia, el Cerro de los Siete Colores. Todos fueron pintados a manos por artistas que no cobraron un solo peso", aclaró.

A la calesita le faltan pocos detalles para que esté terminada por completo. "Está quedando espectacular, es una locura. No vimos que exista algo por el estilo en otro lado. El 21 de abril hay una jornada para terminar de pintar los paisajes, luego convocaremos a otra para hacer los detalles en dorado, y finalizaremos con las instalaciones eléctricas y el sistema de seguridad. Pero todo lo que es la estructura y el mecanismo que la hace girar, ya está terminada", expresó con entusiasmo.

Gabriel estima que en un mes y medio estará lista para recorrer el país. Quienes deseen ver cómo avanza el armado de la calesita ambulante, cómo colaborar o donar dinero para que la misma comience a girar, puede ingresar al Instagram @lacalesitaentupueblo y enterarse de las formas de aportar económicamente a este proyecto.

"Nuestra idea a futuro es conseguir sponsors que nos puedan ayudar para poder salir de viaje. Que aparezcan algunas marcas que puedan colaborar. Por esta razón, estamos previendo armar un vallado con posibilidad de poder tener la publicitad de empresas auspiciantes. Nuestra intención es que esta calesita comience a girar estas vacaciones de invierno como una experiencia completa: que los niños puedan jugar con ella, disfrutar una merienda un sábado en una plaza y colorear un librito con imágenes de ella. Será una experiencia social y cultural que irá más allá de dar unas vueltas en la calesita. Una experiencia que les deje un recuerdo lindo en su vida", cerró Gabriel López.

Para colaborar con el proyecto, en la bio de la cuenta de Instagram @lacalesitaentupueblo se despliega un linktr.ee con enlaces a Mercado Pago, que permite aportar desde $500 a $5.000.

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