A los 50 años emigró a España y en una semana consiguió trabajo: “Cada día que pasa pienso lo bien que hice en irme”

Rodolfo Mauro vivía cómodamente en Palermo y trabajaba en la industria frigorífica. Harto de la situación de nuestro país, el 19 de octubre de 2020 llegó a Madrid. 7 días después, lo nombraron gerente de exportación en una empresa. “Acá, uno trabaja de la misma manera que lo hace en la Argentina, pero crece, progresa y avanza. Allá, aunque te esfuerces toda la vida, estás siempre en el mismo lugar”.

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Hace 4 meses llegó a Madrid, donde esta semana cumplió 51 años. Sin embargo, la edad no lo desanimó a la hora de dar una vuelta de timón y emigrar a España en busca de una vida mejor. No se equivocó. Un mes antes de partir, comenzó a buscar trabajo por internet. Finalmente, se fue sin nada concreto. Pero el 19 de octubre, mientras esperaba su equipaje en el aeropuerto de Barajas, recibió un llamado que le confirmó que había tomado la decisión correcta: lo habían seleccionado para trabajar en una importante empresa que exporta carne. Una semana después, ya estaba trabajando como gerente de exportación.

Consiguió instalarse en un departamento ubicado en un coqueto barrio madrileño, a dos cuadras del centro comercial Arturo Soria Plaza, y hasta se compró un auto. En una entrevista con Infobae, contó los motivos que lo llevaron a emigrar y reveló su más ansiado deseo: que sus dos hijas, de 14 y 16 años, accedan a la misma calidad de vida que tiene hoy. “Aquí las espero”, revela emocionado.

“Siempre estuvo en mi cabeza la idea de vivir en Europa, así que en agosto de 2020 tomé la decisión y en octubre llegué a Madrid. Un año antes, me había separado de la madre de mis hijas, y justo había empezado a trabajar en otra empresa, así que por eso lo demoré. Soy licenciado en comercio internacional y hace 15 años que trabajo en la industria frigorífica: exportaba carne vacuna argentina al mundo. Pasé por varios frigoríficos y, en los últimos años, ya no me encontraba cómodo en las empresas donde trabajaba. Desde 2007, tengo la ciudadanía italiana, así que por eso quería venir a Europa”, contó.

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Rodolfo Mauro bajo la nieve, durante un Paseo por la Plaza Mayor“Un mes antes de emigrar me puse a buscar empleo en Madrid o Barcelona, a través de distintas aplicaciones de internet. Veía que la oferta laboral en España era mucho más grande que la de Argentina. Cuando llegué, la realidad me sorprendió: a la semana ya había conseguido trabajo. Mientras esperaba mis valijas en el aeropuerto de Barajas, recibí el llamado de una agencia de trabajo con la que me había contactado desde Argentina y había aplicado para ocupar un puesto en una empresa. El aviso parecía redactado para mí: buscaban a una persona con mi experiencia y mi perfil. Desde que lo vi, pensé que esa búsqueda tenía mi nombre y no me equivoqué. Hace 3 meses que estoy trabajando: ahora, exportando carne vacuna española”, explica.

“Me instalé en un departamento en un barrio muy lindo de Madrid y hasta me pude comprar un auto. En la Argentina uno trabaja, se esfuerza, crece, progresa... pero siempre está en el mismo lugar. Realmente, uno no avanza por distintos motivos económicos, como la inflación, el tipo de cambio, la pérdida de la capacidad de ahorro... Acá, uno trabaja de la misma manera que lo hace en la Argentina, pero uno crece, progresa y avanza”, reflexiona.

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Para Rodolfo todo sería aún más perfecto si pudiera estar cerca de sus hijas, pero mientras espera que terminen sus estudios, habla con ellas a diario y desea que más adelante vivan una experiencia como la suya en un país del Primer Mundo. “Pensé en ellas a la hora de venir a España, porque quiero que en algún momento tengan su experiencia acá: que trabajen o estudien, por lo menos un año. Quiero que sepan que hay otra cosa además de la Argentina. Estoy muy contento con la decisión que tomé, pero me cuesta un poco porque las tengo lejos. No las veo hace 4 meses y eso pesa, pero gracias a la tecnología nos comunicamos a diario por videollamada”.

“Amo a mi país, pero tuve que tomar esta decisión porque lo veo a la deriva y cada vez está peor. No le veo futuro, entonces, no quería invertir dinero porque allá nunca sabés cómo te va a ir. Preferí tomar mis ahorros y venir a probar suerte a España. Por supuesto, acá también hay que trabajar, pero uno lo hace con todas las comodidades y con una seguridad que hoy en la Argentina no existe. Ese cambio en la calidad de vida lo quiero para mis hijas y, con esta decisión de emigrar, busqué allanarles el camino”, dice esperanzado.

A pesar de la distancia y del hartazgo que lo llevó a emigrar, sigue de cerca las noticias de nuestro país. ”Cada día que pasa, pienso lo bien que hice en irme. Acá, la calidad de vida es diferente en todos los aspectos. No hay inseguridad y uno puede caminar tranquilo por la calle. Los precios siempre son los mismos: hay estabilidad económica, tu salario es estable y no hay inflación. Las reglas del juego están claras y no van cambiando: eso es una tranquilidad para poder proyectar mi economía mensual y poder ahorrar. Los servicios públicos funcionan muy bien. Los colectivos respetan el horario... Aquí todo funciona bien y en la Argentina se podría hacer lo mismo”, se lamenta.

WGR7XHLBSFGVXI2PEDS45CPCFQRodolfo Mauro en el Paseo de La Castellana. Detrás, se observan las famosas Torres Kio

Rodolfo cuenta que el poema “Mi alma tiene prisa” de Mário Raul de Morais Andrade -que nació en 1893, en São Paulo, y fue poeta, novelista, ensayista y musicólogo- lo llenó de coraje a la hora de decidirse. “Conté mis años y descubrí, que tengo menos tiempo para vivir de aquí en adelante, que el que viví hasta ahora… Me siento como aquel niño que ganó un paquete de dulces: los primeros los comió con agrado, pero, cuando percibió que quedaban pocos, comenzó a saborearlos profundamente”, reza el texto que lo incentivó con una acertada frase final: “Mi meta es llegar al final, satisfecho y en paz con mis seres queridos y con mi conciencia. Tenemos dos vidas y la segunda comienza cuando te das cuenta que sólo tienes una”.

¿Qué me hartó de la Argentina? La política... el político... Ver lo mal que hacen las cosas y pensar que, más adelante, todo se va a poner aún peor. También, me harté de la economía... Me harté de saber que nada va a cambiar, aunque siempre tuve una buena vida y la plata me alcanzaba para vivir muy bien. Pero me cansé de esforzarme para estar siempre igual. En España, una pareja en la que ambos trabajan -aunque tengan un sueldo bajo- ambos pueden vivir bien, sin estar ajustados para poder llegar a fin de mes. Un ejemplo: una persona que trabaja como empleado de seguridad aquí vive bien, tiene una buena calidad de vida y puede viajar cómodamente a otros países para irse de vacaciones. Eso mismo es impensado en la Argentina, donde esa misma persona tendría un salario tan bajo que ni siquiera podría ir a veranear a la Costa”, sostiene.

“Yo me arriesgué: vine y probé a los 50 años... ¡y en medio de una pandemia! A la semana, ya estaba trabajando. No volvería a la Argentina: me quedo acá, esperando a mis hijas”, finalizó Rodolfo Mauro.

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